Hace unas semanas había encontrado un título de Balzac: Dime cómo andas, te drogas, vistes y comes. . .y te diré quién eres. En el, el autor de la Comedia Humana, comienza a pensar sobre el acto de caminar. Dice «¿No es realmente extraordinario el que, desde que el hombre anda, nadie se haya preguntado por qué anda —si anda—, si puede andar mejor, qué hace al andar… ¿quién de nosotros piensa en el andar mientras anda ? Nadie. Más aún, hay quien se jacta de andar pensando». Pero luego el dueño del libro no me lo prestó y tuve que ir a buscarlo. No lo encontré pero hallé este libro, que si bien solo se perfila en España, da un amplio conocimiento del vino y sus posibilidades.

Los peruanos bebemos sobre todo cerveza, ron y pisco pero tenemos una elevada estimación a los vinos españoles, reconocemos su prestigio y calidad. Actualmente esa estimación se ha ido ampliando a otros vinos lo que ha posibilitado la expansión de este mercado con nuevas variedades y marcas.

Si bien el pisco ha ganado un gran sector del mercado. El vino tiene un mito que lo hace atractivo, y en eso los poetas lo han ayudado. Ya hace casi 500 años el poeta italiano, Dante Alighieri,  decía que el vino siembra poesía en los corazones. Y mil cuatrocientos años atrás, el poeta Li Tai Po (nacido en China) manifiesta su amor a la vid, en su famoso texto "Mientras bebo solo a la luz de la luna". Así, através de la historia del mundo, poetas como Charles Baudelair, Nicanor Parra, Omar Khaayám, Juan Gonzalo Rose, entre otros, han inmortalizado en sus verso, el poder de esta bebida milenaria.