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liliana herrero bajo el lente de MARCOS CRAPA

Liliana Herrero: Todos estos años de gente

En abril de este año visité a la cantora argentina Liliana Herrero. Si bien el robo de mis equipos electrónicos imposibilita la transcripción literal de ese encuentro, mediante el recuerdo y los apuntes nos acercaremos un poco a esta maravillosa intérprete. Proclamada por la misma Mercedes Sosa como su “sucesora”, Herrero se ha convertido en LA VOZ del folklore argentino.

Publicado: 2014-11-21

La idea era tener una larga conversación donde se hablaría de todo. Iba repasando mis preguntas cuando me di cuenta que el taxi estaba dando vueltas excesivamente. Yo había vivido hace unos años en ese barrio y la calle donde me esperaba Liliana no debía quedar tan lejos. El taxi me dejó en una casa con un portón metálico negro. Toqué el timbre y la misma Liliana abrió la puerta. Esa cotidianeidad me ruborizó. Adentro, en su gran sala, la madera es el elemento que más transformaciones tiene. Pero son las fotos por todos lados, como estrellas brillantes, las que nos cuentan su vida. 

El sol del mediodía bonaerense corta la sala en dos. Liliana se sienta y entonces le pregunto sobre sus primeros recuerdos. Ella nació en Villaguay, un pueblo de la provincia de Entre Ríos, junto al río Paraná. Esa infancia junto al río la marcaría para siempre. Su familia siempre la incentivó para desplegar sus aficiones (que luego fueron pasiones), generando una linda infancia. Nos cuenta Liliana: Entre Ríos es una patria del agua, el río allí, ese mundo acuífero marcando todo en esa época.

La figura del padre y su afición por la música, es el sol central en la infancia. Liliana ha contado varias veces que desde ese tiempo viene el romance con el piano. Tanto así que de niña, ella fue quien buscó a su primera profesora de piano –Juanita-, le tocó la puerta y le dijo: quiero estudiar piano. Mi primer acercamiento con la música no fue como cantante. Tuve algunas presentaciones pero solo tocando el piano cuando la profesora presentaba a sus alumnos, en esa época no canté en público.

Herrero creció en una Argentina convulsionada, con amigos desaparecidos y torturados. Se mudó a la ciudad de Rosario para estudiar en la universidad mas nunca se alejó de la música, ya entonces sostiene decisiones estéticas y culturales dedicadas a bucear en raíces folklóricas, otorgándoles sonidos y tratamientos contemporáneos. Allí conviviría con otros músicos, los que luego serían llamados La Nueva Trova Rosarina, entre ellos Jorge Fandermole, Juan Carlos Baglietto, Silviana Garré. Una generación que quería cambiar el mundo. Todos tuvimos problemas alguna vez con los militares –responde cuando le pregunto si ella u otro amigo había tenido algún episodio son la dictadura- era imposible no tener una postura en esa época. Fue muy duro.

A diferencia de lo que se supondría, Liliana Herrero nunca se vio cantando profesionalmente. Ella solo cantaba entre amigos, como quien comparte un pan, un abrazo o una copa de vino. Por eso, cuando Fito Paez le propone grabar un disco, ella lo descarta en un primer momento. Pero el autor de “Circo Beat” terminaría por convencerla. La relación con Fito comienza a inicios del ochenta, yo conocí a casi toda su familia. Cuando pasó el episodio de sus tías (asesinadas brutalmente en Rosario) él se fue a vivir a mi casa. Lo amo a Fito, somos como familia y no solo por el tema de que me haya producido mi primer disco. Va más allá de eso.

Así, en 1987 sale a la luz el disco homónimo “Liliana Herrero”, disco que revolucionó el espectro musical argentino. Era una mezcla de folklore, jazz y rock. Un álbum vanguardista que tuvo elogios pero también fuertes criticas por parte de los puristas. Ese disco cambio mi vida, sentencia Liliana. Ella había encontrado el escenario donde era plenitud y ya no se movería de allí. En los siguientes años verían la luz los discos: "Esa Fulanita" (1989), "Isla del Tesoro" (1994), "El Diablo me Anda Buscando" (en vivo, 1997), "El Tiempo, Quizás" (1998), "Recuerdos de Provincia" (1999), "Confesión del Viento" (2003), "Litoral" (CD Doble) (2005), "Igual a mi Corazón" (2008), "Este Tiempo" (2011) y el último, “Maldigo” (2013). 

No solo el apoyo de Paez apuntaló la carrera de Herrero, fue también la amistad y admiración que sentía la “negra” Mercedes Sosa por su voz. Liliana recuerda: ya era madre, había sacado el disco y vivía aún en Rosario. Esa noche Mercedes iba a cantar en la ciudad. Suena el teléfono y casi me desmayo cuando oí la voz que me hablaba. Era Mercedes Sosa. Me dijo que había oído mi disco, que le había gustado mucho y que fuera a visitarla al hotel para conversar. Yo fui con mi hija, emocionada. Luego de saludarnos me dice:”y qué vas a cantar”. Te imaginás, yo casi me muero. Liliana no pudo decirle que no a Mercedes y terminarían cantando esa noche. Ella tuvo un gesto maravilloso, que de repente el gran público no se da cuenta pero entre los músicos es un gesto de amor total –recuerda Herrero– cuando salgo al escenario me iban a dar un micrófono pero Mercedes dice que no y da la indicación para que me den el micrófono que ella estaba usando. Se despojó de su micro y me lo dio. Eso fue tan bello, tan Mercedes.

Nosotras compartimos mucho –prosigue– nos reuníamos a escuchar música, las nuevas cosas que salían, además cantamos innumerables veces. Cuando me vine a vivir a Buenos Aires, siempre me llamaba para tomar el té con “las chicas”, fue muy lindo compartir con ella.

Quizá Sosa ya sabía que Liliana tenía una voz como la suya: un instrumento cósmico que no tiene fronteras y se mezcla con los elementos celestes. Una voz como un clima, como una marea de corazones que hacen arder al mar. Para Mercedes, Liliana era su “sucesora”. Le pregunto si eso le pesa. No pienso en eso, yo canto como Liliana Herrero. Y es así, su voz única la ubica ya como una de las cantantes en español más destacadas. Sus canciones en youtube son cada vez más vistas, interpretaciones junto a Luis Alberto Spinetta, o ese video maravilloso de la canción Zamba del cielo junto a Fito Paez y Mercedes Sosa, son solo muestras de la pasión y profundidad con la que canta Liliana.


Escrito por

John Martínez

Comunicador y productor cultural. Publicó: "Collage de Viaje", "El Elegido" y la plaqueta "Doblando".


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